jueves, 26 de junio de 2014

Acostumbrada.

Mis ojos,
se han acostumbrado a derramar lágrimas cada noche.

Mi piel, 
se ha acostumbrado a prescindir del tacto de tus manos.

Mis manos,
se han acostumbrado a no recordar qué es acariciar.

(A ellas sólo le gustaba sobre tu cuerpo bailar)

Mis brazos,
se han acostumbrado a no rodearte y abrazarte.

Mis piernas, 
se han acostumbrado a no entrelazarse con las tuyas.

Mi corazón,
se ha acostumbrado a no amar porque teme a nadie
como tú encontrar.

Mi alma,
se queja de no poder tener a la tuya cerca y llora.
Llora porque no puede olvidarla.

Mi cuerpo,
necesita al tuyo en este mundo para poder sobrevivir
pero se da cuenta que tú, cielo, ya no estás aquí.

Poema nº26


Sin ti, es decir,
sin ganas de vivir...

(por ello)

Me siento:
destrozada,
hundida,
perdida,
humillada.

Creo que me dejaste de querer
o simplemente tan sólo 
quisiste,desaparecer.

Creo que ya no disfrutabas de
nuestro humilde amor 
o simplemente, para ti,
fue un error.

Creo que a otra encontraste 
o simplemente, de mi,
poco a poco te cansaste.

Creo que jamás me recordarás
o simplemente, te marchaste
sin mirar atrás.

Por eso, dime, ¿me digno a vivir sin ti?
A sufrir,
a llorar,
a dejar de respirar,
a destrozarme,
a gritar,
a romperme,
a morir.
Dime, cariño,¿qué hago sin ti?
Sin tus besos,
tus caricias,
tus te quieros
o tus sonrisas.

¿Qué hago sin ti si únicamente, contigo,
mi vida quiero compartir?

miércoles, 25 de junio de 2014

Desgraciada



Responde desgraciada,
¿por qué arrancas mi corazón de esa
extraña forma y haces que él, mi vida,
me abandone?


Tú, tan tranquila, te vas.
Yo aquí afligida, me derrumbo
y me hundo, bajo las lágrimas
de miradas perdidas que hoy
ya no tienen dueño.


Responde desgraciada,
¿por qué me destrozas?


No te das cuenta de que sin ti
iría todo mejor. Eramos felices. 
Dos locos (demasiado)
enamorados que perdíamos la
cabeza el uno por el otro
y que sólo queríamos disfrutar.


Responde desgraciada,
¿por qué dañas mi alma?


Siéntete culpable de mis sollozos,
de mis ganas de desaparecer y
mi dolor.
Siéntete culpable de nuestro fin,
de nuestro adiós, de que todo
haya acabado arrasado.


Responde desgraciada,
¿qué te he hecho yo a ti?


Tú, felizmente huyes.
Desapareces,
robándome mi bien más
preciado.
Parece que estás contenta,
de habérmelo quitado, sí, 
de mi lado.


Responde desgraciada,
¿por qué haces que mis
ojos pierdan la calma?


Me siento como un niño pequeño
al que le acaban de quitar su caramelo
favorito.
Me siento como un buen libro 
publicado pero que todavía nadie ha
leído.
Me siento vacía,
engañada,
decepcionada
desolada,
y perdida.


Por supuesto, tú no eres la única culpable.
También tú, desgraciado, caradura 
y cobarde.
Ella no te ha obligado a irte.
Fuiste tú descarado, infiel 
y mentiroso.
Me dejas sola
y lo único que haces
es salir corriendo sin mirar atrás.



Más te vale no volver jamás,
déjame tranquila.
Más te vale no llamar jamás,
déjame sosegada.
Sé que algún día, alguien mejor
y por supuesto, con más corazón,
vendrá.





martes, 10 de junio de 2014

A veces, escribo.

A veces escribo para
olvidarme de lo que
un día, me hizo daño.

A veces escribo para
alejarme del horror
en el que vivo.
Sí, desde el día  
que te fuiste.

A veces escribo para
recordar los buenos
momentos (pocos)
que viví contigo.

Escribo, a veces, para
saciar mi angustia 
y volver a respirar.
Cuando necesito y 
cuando no, también.

A veces escribo para
volar, imaginar...
soñar.
Así, alejarme de ti.

A veces escribo para
dejar caer, de forma
silenciosa, mis lágrimas.
Sufrir sigilosamente  y
que nadie se de cuenta.

Escribo, escribo y
escribo para
saciar el dolor que
lleva dentro mi alma
que hace poco,
tú dejaste y no volviste,
a por él.




jueves, 5 de junio de 2014

Si me das caricias,
después,
no me arranques
la piel a pedazos.

Si me das besos,
después,
no me dejes un
amargo sabor en
los labios.