jueves, 26 de junio de 2014

Acostumbrada.

Mis ojos,
se han acostumbrado a derramar lágrimas cada noche.

Mi piel, 
se ha acostumbrado a prescindir del tacto de tus manos.

Mis manos,
se han acostumbrado a no recordar qué es acariciar.

(A ellas sólo le gustaba sobre tu cuerpo bailar)

Mis brazos,
se han acostumbrado a no rodearte y abrazarte.

Mis piernas, 
se han acostumbrado a no entrelazarse con las tuyas.

Mi corazón,
se ha acostumbrado a no amar porque teme a nadie
como tú encontrar.

Mi alma,
se queja de no poder tener a la tuya cerca y llora.
Llora porque no puede olvidarla.

Mi cuerpo,
necesita al tuyo en este mundo para poder sobrevivir
pero se da cuenta que tú, cielo, ya no estás aquí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario