Mis ojos,
se han acostumbrado a derramar lágrimas cada noche.
Mi piel,
se ha acostumbrado a prescindir del tacto de tus manos.
Mis manos,
se han acostumbrado a no recordar qué es acariciar.
(A ellas sólo le gustaba sobre tu cuerpo bailar)
Mis brazos,
se han acostumbrado a no rodearte y abrazarte.
Mis piernas,
se han acostumbrado a no entrelazarse con las tuyas.
Mi corazón,
se ha acostumbrado a no amar porque teme a nadie
como tú encontrar.
Mi alma,
se queja de no poder tener a la tuya cerca y llora.
Llora porque no puede olvidarla.
Mi cuerpo,
necesita al tuyo en este mundo para poder sobrevivir
pero se da cuenta que tú, cielo, ya no estás aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario